Uno de mis escritores fetiche del panorama literario nacional es Miguel Delibes. Desde mis años de estudiante de bachiller —época en la que conocí su obra— siempre me fascinó su pluma. Es un autor cuyas obras pasan generación tras generación, unas veces porque son de obligada lectura y otras porque después se ha ganado un lugar privilegiado en nuestra biblioteca.
Se dice de él que fue un hombre adelantado a su tiempo. Era un apasionado defensor de la naturaleza. ¿Hubiera sido Delibes hoy día, un activista de Greenpeace o un colaborador de ADENA?. Su discurso de ingreso en la Real Academia Española de la Lengua, en 1975 fue todo un canto a la naturaleza. Naturaleza por la que siempre estuvo preocupado, sobre todo por el avance del llamado desarrollo porque muchas veces esto implicaba la desaparición del campo allá por donde la mano del hombre cambiaba el verde por el cemento. Incluso por estas ideas ecologistas tuvo sus detractores pero quienes lo atacaban creo que no lo comprendían, porque él si estaba a favor del progreso, pero de un progreso racional, que respetara el entorno y no lo destruyera de una forma irracional, como se hace casi siempre.
Experiencia personal y creación literaria aparecen reflejadas en la obra de Miguel Delibes. Toda novela tiene algo de autobiográfico y que traslada a sus personajes los problemas y las angustias que le atosigan. Conocer algunos datos de su biografía puede ayudar a entender su obra, su insistencia en ciertos temas, los escenarios preferidos de sus relatos.
Era un gran aficionado a la caza y a la pesca y esta siempre fue una temática que estuvo muy presente en su obra. Los Santos Inocentes es su máximo exponente. Una novela que utilizó para denunciar las condiciones infrahumanas en las que vivían los trabajadores de los latifundios. Novela que el autor dedicó a otro gran defensor de la naturaleza como lo fue Félix Rodríguez de la Fuente.
Pero también la infancia, la muerte, la guerra civil y la religión estuvieron muy presentes en sus novelas. Títulos como El camino, Mi idolatrado hijo Sisi, La guerra de nuestros antepasados, La sombra del ciprés es alargada, Cinco horas con Mario, Señora de rojo sobre fondo gris o su última obra publicada, El hereje, son fiel reflejo de ello.
Lo único que le faltó a Miguel Delibes fue el reconocimiento a su trabajo con el Premio Nobel de Literatura. Creo que es un galardón que se le negó injustamente pues otros se lo han llevado por menos, pero su legado está ahí y sus fieles seguidores seguimos disfrutando con su obra.
Esta entrada forma parte del reto Descubriendo a Miguel Delibes
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