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Saturday, October 26, 2013

Barricada Cultural: A vueltas con El Quijote






¡Ay, don Miguel!. Malas noticias tenemos pues dicen por esos mundos de Dios que en este nuestro país no somos muy dados a la comprensión lectora, que hasta en esto de las letras ocupamos el vagón de cola entre los países más desarrollados. Y lo peor de todo es que ponen como ejemplo su egregia obra, la más insigne de las letras españolas, El Ingenioso Hidalgo don Quijote de La Mancha. ¿Será culpa de Belcebú, o de algún encantamiento que nubla la visión y trastoca la mente a quienes osamos disfrutar con las correrías del Caballero de la Triste Figura arreglando entuertos y salvando damas en peligro?.  ¿O sería toda una premonición el comienzo de su famosa novela, porque ese creo que se lo sabe todo el mundo de memoria, «En un lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme...»?

Bien es cierto que mucho tenemos de Quijote y Sancho en nuestras personas. ¿Será por eso que nuestras entendederas no atinan con lo que leemos?. Pero qué quiere que le diga, don Miguel, en esto de las encuestas soy un poco desconfiado, y creo que eso lo llevamos en la sangre. Hombre, el país no está para echar cohetes, mire usted, la cosa está bastante chunga; los números de nuestra economía ahí están, como la Puerta de Alcalá.

Hasta en esto de leer hay diferencias entre ricos y pobres, que se lo digan a Finlandia o Japón, que están a años luz de nosotros, en economía se da por descontado, pero en lectura ni le cuento. ¿Qué es lo que se estará haciendo mal?. Porque leer, creo que se lee. Otra cosa es que se comprenda lo que se lee porque no es lo mismo comprender lo que dice un libro que interpretar una factura y no digamos ya un prospecto farmacéutico, porque para estos dos últimos habría que hacer un cursillo pues parece que las empresas del ramo lo hacen a propósito para que paguemos unas, como es nuestro deber, aunque en el fondo sospechemos que nos están timando, y en las otras tenemos que hacer las consultas pertinentes al médico de cabecera o visitar nuestra farmacia habitual. Y es que no parece que estén escritas en román paladino, sino con unos vocablos que solo los entienden los especialistas del ramo, y algunos de ellos, incluso a duras penas.

Pero ahora, don Miguel, ¿quién le pone el cascabel al gato?. ¿A quién le echamos la culpa de esta situación tan crítica?. Porque alguien tendrá que llevarla, pues en eso de señalar al culpable de turno somos únicos, los primeros, vaya. Se dice que el nivel de lectores ha aumentado en nuestro país un 63%, según los datos oficiales, claro; otra cosa será la pura realidad. Pero lo que se ve es que una cosa es leer y otra entender lo que se lee y cómo se lee. Y creo que las sospechas sobre el tema ya vienen de antiguo pues aquí lo que se tercia es que los estudiantes tienen la obligación de leer un determinado número de libros durante el curso lectivo y ya está. Y, claro, ahí estriba el problema. Que nos mandan leer, sí, pero nunca, que yo recuerde, nos han enseñado técnicas de lectura y eso seguro que en los dos países que cité antes ponen en manos de sus conciudadanos lo que haga falta para que, por su propia cuenta, lean y comprendan  un libro, documento, factura o lo que se tercie y así saber desenvolverse en la vida. 

Pero creo, en mi modesta opinión que, en nuestro país, no le vayamos a echar la culpa a la LOGSE, no, ni al cha-cha-cha, que sería lo más fácil. Lo que pasa es que en nuestra querida piel de toro nadie se dio cuenta, hasta la fecha, de que cuando los demás vuelven, nosotros aún vamos de camino y ahí está la madre del cordero, don Miguel, en que no tenemos mentalidad de aunar esfuerzos para conseguir logros. Vienen unos y dicen, este sistema educativo vigente no vale, otro para su sitio y así sucesivamente y quienes lo pagan son los alumnos de turno, los potenciales lectores, todos. 

Ahora se habla de un Programa Integral de Lectura en el que se enseñan técnicas para poder leer cien páginas en diez minutos y poder comprenderlo todo así como retener parte de la información. Esta técnica se lleva experimentando durante veintisiete años en Colombia, sí, lo han leído bien, Colombia. Espero que los poderes públicos tomen buena nota de ello y miren por el bien de los alumnos, porque lo que el país necesita es gente que lea y aprenda pues es la forma de que esto vaya para adelante. Todo es cuestión de voluntad por parte de la sociedad pues no creo que nos convenga mejor una sociedad inculta para poder manejarla mejor. Eso, nunca. Y seguro que, de esta forma, don Miguel, descansaría mejor si por fin viese que sus paisanos no le hagan ascos a tan afamado personaje creado por su pluma.


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