Las antiguas civilizaciones del Viejo Continente siempre me han fascinado: la Grecia Clásica, Roma o el Egipto de los faraones.
Cuando leí que desde el blog La Torre de Babel
proponían un viaje literario al Egipto Eterno, durante todo este mes de marzo, no me lo pensé y decidí reservar un billete. Eso sí, en clase turista, que no están los tiempos para muchos lujos. Y el destino lo tuve claro: volver a los tiempos de mi querida Reina Cleopatra. Esa Cleopatra de la que tanto se ha escrito y filmado. Pero esta vez me voy a encontrar con ella de la mano de todo un experto en esa cultura, que ya nos abandonó desgraciadamente, como es Terenci Moix, cuya vida y obras la podéis recordar aquí .
Os dejo la portada de la novela, aunque la que yo tengo es de RBA Editores S. A., que resultan más sosas a la vista pues no se destacan precisamente por las ilustraciones que aparecen en sus publicaciones -carentes de ellas- y que es lo primero que atrae al lector.
Sinopsis:
Novela de amor, sobre fondo histórico, No digas que fue un sueño arranca de una situación de intenso dramatismo. Una mujer egregia llora su luto de amor en una barca que remonta el Nilo. Es la reina Cleopatra, que ha sido abandonada por su amante, el romano Marco Antonio. En el corazón de ambos, se debaten todos los conflictos del amor y la pasión, que culminarán con nuevos encuentros, encaminados a un destino fatal.
No digas que fue un sueño es una novela sobre todas las fases del amor, enmarcada en un período histórico apasionante: los estertores del Egipto amenazado por el imperialismo de la todopoderosa Roma. Pero es, sobre todo, un intento de reivindicar la figura de una de las mujeres más fascinantes de la historia: la reina Cleopatra Séptima.
Desfigurada a menudo por el cine, Cleopatra se erige en esta novela como un personaje original y contradictorio. Ya no es la típica devoradora de hombres, sino una mujer cultivada, maternal, enamorada y, sobre todo, entregada por completo a la política. A su alrededor, los avatares de una ciudad mítica: Alejandría. Y las ruinas de un Egipto que va pereciendo.
A través del amor de Antonio y Cleopatra, el autor presenta un retablo preciosista de la antigüedad clásica, haciendo viajar al lector a Atenas, Roma, Antioquía, Judea y, por supuesto al Alto Nilo. Entre otros muchos personajes, aparecen Totmés, joven sacerdote de Isis, Cesarión, el hijo de Cleopatra y Julio César, Octavio Augusto, el implacable caudillo romano decidido a convertirse en dueño del mundo, y Octavia, su noble hermana, ejemplo de dedicación y entereza. Con estos personajes, la historia y la ficción se dan la mano para presentar un espléndido retablo sobre el amor, la muerte y la caída de los imperios, temas muy caros al autor.
proponían un viaje literario al Egipto Eterno, durante todo este mes de marzo, no me lo pensé y decidí reservar un billete. Eso sí, en clase turista, que no están los tiempos para muchos lujos. Y el destino lo tuve claro: volver a los tiempos de mi querida Reina Cleopatra. Esa Cleopatra de la que tanto se ha escrito y filmado. Pero esta vez me voy a encontrar con ella de la mano de todo un experto en esa cultura, que ya nos abandonó desgraciadamente, como es Terenci Moix, cuya vida y obras la podéis recordar aquí .
Os dejo la portada de la novela, aunque la que yo tengo es de RBA Editores S. A., que resultan más sosas a la vista pues no se destacan precisamente por las ilustraciones que aparecen en sus publicaciones -carentes de ellas- y que es lo primero que atrae al lector.
Sinopsis:
Novela de amor, sobre fondo histórico, No digas que fue un sueño arranca de una situación de intenso dramatismo. Una mujer egregia llora su luto de amor en una barca que remonta el Nilo. Es la reina Cleopatra, que ha sido abandonada por su amante, el romano Marco Antonio. En el corazón de ambos, se debaten todos los conflictos del amor y la pasión, que culminarán con nuevos encuentros, encaminados a un destino fatal.
No digas que fue un sueño es una novela sobre todas las fases del amor, enmarcada en un período histórico apasionante: los estertores del Egipto amenazado por el imperialismo de la todopoderosa Roma. Pero es, sobre todo, un intento de reivindicar la figura de una de las mujeres más fascinantes de la historia: la reina Cleopatra Séptima.
Desfigurada a menudo por el cine, Cleopatra se erige en esta novela como un personaje original y contradictorio. Ya no es la típica devoradora de hombres, sino una mujer cultivada, maternal, enamorada y, sobre todo, entregada por completo a la política. A su alrededor, los avatares de una ciudad mítica: Alejandría. Y las ruinas de un Egipto que va pereciendo.
A través del amor de Antonio y Cleopatra, el autor presenta un retablo preciosista de la antigüedad clásica, haciendo viajar al lector a Atenas, Roma, Antioquía, Judea y, por supuesto al Alto Nilo. Entre otros muchos personajes, aparecen Totmés, joven sacerdote de Isis, Cesarión, el hijo de Cleopatra y Julio César, Octavio Augusto, el implacable caudillo romano decidido a convertirse en dueño del mundo, y Octavia, su noble hermana, ejemplo de dedicación y entereza. Con estos personajes, la historia y la ficción se dan la mano para presentar un espléndido retablo sobre el amor, la muerte y la caída de los imperios, temas muy caros al autor.
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