Gracias a la iniciativa de Mari Carmen Morante, del blog Adictos a los libros y a que tenía en mi bliblioteca la novela que me envió la editorial Baile del Sol decidí participar en la lectura conjunta y así aproveché la oportunidad para leer esta tercera obra publicada por el joven autor granadino, Rafael Martín Masot, de 23 años. Y, más curiosidad despertó en mi las críticas positivas que encontré sobre ella en la blogosfera y del éxito, sobre todo, de su segunda novela, La luna eclipsada, publicada por Roca Editorial. Sin embargo, según iba leyendo las reseñas de los participantes en la misma, las opiniones eran dispares. Y aquí os dejo la mía:
Sinopsis:
¿Cómo reaccionaría una persona normal si, por azares de su profesión, llegase a tener pruebas de una monumental confabulación entre políticos corruptos, tiburones de las finanzas y distinguidos miembros de la más exquisita burguesía de su ciudad? El psicólogo Marc Viadiu puede que no sea una persona normal, pero el descubrimiento de esta trama de poder, sobornos, cohechos y maldad que no se detiene ante nada y es responsable del asesinato de uno de sus pacientes, lo lleva a una arriesgada determinación. Se presenta en la apartada y lujosa mansión de uno de los dirigentes de la perversa, «honorable sociedad» y le expone sus condiciones. Es un pacto que, sabe, «ellos» no van a aceptar.
Ambientada en la Barcelona actual, ciudad que se convierte en fabuloso territorio literario, La prisión de los espejos desentraña una intriga compleja por cuanto lo son aquellos afanes inhumanos del poder, la avaricia y el ansia de supremacía. Sencilla porque, en el fondo, todo se resume en el diabólico juego eterno: ser depredador o víctima; vivir o morir.
«Marc Viadiu grababa algunas de las conversaciones que mantenía con los pacientes, tras pedirles su consentimiento para hacerlo. Las escuchaba cuando estaba a solas en busca de algún detalle relevante que le pasara desapercibido mientras realizaba la consulta. No pidió permiso para grabar lo que contenía el disco que acababa de entregar a Joan Vinyals, ni realizó esa grabación para ayudar a la mejoría de Andreu Jofresa, había premeditado durante días la manera en la que conduciría esa conversación entre psicólogo y paciente»
Opinión Personal:
La prisión de los espejos es un trhiller trepidante, de un ritmo prácticamente cinematográfico, cameo incluido. La trama se desarrolla casi toda en la Barcelona cosmopolita, en el Barrio de Les Corts, en Pedralbes, en el Barrio Gótico, aunque también nos desplazaremos a Madrid Zaragoza y Gerona. La ciudad condal se convierte, en un escenario viciado por una confabulación a gran escala, en la que están involucrados empresarios y políticos con mucho poder — lo más granado de la sociedad— pero sin escrúpulos, que realizan actividades de extorsión para conseguir sus fines y no dudarán en sacarse de en medio a quienes les estorben.
Andreu Jofresa da a conocer, en sus visitas al psiquiatra Marc Viadiu, las actividades ilegales de la Organización para la que trabaja, como así se les conoce. El psicólogo grababa las conversaciones de su paciente, bajo su consentimiento y, tras poner a buen recaudo en manos de un amigo suyo las cintas que contienen esas declaraciones, decide aprovecharse de ello, incumpliendo la norma del secreto profesional y enfrentarse a ellos con sus propias armas; o le entregan la cantidad de dinero que él les pida o dará a conocer a la luz pública todo lo que está grabado en esas cintas.
Esa Organización será la pesadilla del psicólogo Marc Viadiu. Una pesadilla que se irá adueñando de él porque veremos cómo se va convirtiendo en un ser cuya personalidad se irá trastornando, incluso le dirán que está loco tal y como actúa, pues en él no hay compasión y no dudará en utilizar cualquier método para conseguir sus propósitos, sabiendo incluso que aquellos que le rodean pueden ver peligrada su vida. Los tentáculos del enemigo llegan a todas partes y consiguen confundir al psicólogo, pues se encuentra con personas que dicen ayudarle pero ve cómo lo que realmente intentan es deshacerse de él.
La prisión de los espejos nos tiene guardada otra sorpresa y es el interlocutor. Los hechos los va relatando un narrador omnisciente pero llega un momento en que el autor logra confundirnos y nos encontramos con alguien que se cuela en el relato, con una personaje que toma parte en la acción y que recordará en tiempo pasado cómo llegó hasta ella Marc Viadiu, a quien encuentra desorientado, malherido, pero que le ruega que no lo delate. Se trata de Teresa Muntal, que lo acoge en su masía, comprada a Jaume Albiol, un payés. El relato de esta mujer se irá alternando con el otro narrador.
Teresa ayudará al psicólogo. Ambos lograrán introducirse en la boca del lobo, en la guarida de la Organización. Pese a las medidas de seguridad que hay en torno al edificio, consiguen sus propósitos dejando tras ellos un reguero de sangre y destrucción.
Nos encontramos con un estilo contundente, directo y sin circunloquios predominando los diálogos sobre la descripción, que es mínima, lo que hace que las escenas pasen muy rápido como si se tratasen de fotogramas; esto influye en el perfil de los personajes, poco trazados, y en los que a penas vemos reflejados sus sentimientos, por lo que nos resultarán indiferentes. El ritmo no decae y la acción nos la va presentando en dosis pequeñas, en capítulos cortos, incluso en ocasiones de una sola página, lo que hace que sea una novela adictiva; consigue que nos metamos de lleno en su lectura, terminando en un final en el que el ritmo se ralentiza y el desenlace me deja un tanto descolocado.
La prisión de los espejos (Editorial Baile del Sol) es una novela escrita por un joven autor que aún tiene margen para mejorar su estilo, aunque creo que cumple uno de los requisitos que busca un lector, entretenimiento. Creo, pese a las lagunas que muestra la novela, merece la pena darle una oportunidad.
El autor:
Rafael Martín Masot a los 14 años publicó su primera novela, Abulagos (Editorial Atrio), con la que pretendió dar una visión completamente diferente, y más cierta, de la vida cotidiana de los jornaleros andaluces durante los años del franquismo que la que ha quedado en la retina de los habitantes de otras tierras durante décadas. Con su segunda novela, La luna eclipsada, publicada por Rocaeditorial (Barcelona, 2006), se adentró, con una narrativa tan tortuosa y compleja como los sentimientos, en el frustrante mundo interior de una mujer relegada de su propia existencia a la sumisión y la monotonía. Su tercera novela es La prisión de los espejos (Tenerife, 2010).
Título: La prisión de los espejos
Autor: Rafael Martín Masot
Editorial: Baile del Sol
Primera edición: 2010.
ISBN: 9788492528981
Nº páginas: 231
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