Esta reseña corresponde a la lectura conjunta organizada por Roberto Martínez Guzmán, el autor de Muerte sin resurrección a quien agradezco la iniciativa de la misma y el hecho de invitarme a participar en ella.
Domingo de Ramos.
En el corazón de Vigo, a la una del mediodía, numerosas personas se dan cita en el interior de la Iglesia de Santa María para celebrar el inicio de la Semana Santa.
El aroma a laurel, olivo en incienso lo inunda todo, el calor es insoportable y desde el altar, el párroco se afana en explicar el significado de la pasión y muerte de Cristo dificultado por la enorme multitud que en esos momentos se concentra dentro del templo.
En un lateral, en la estricta intimidad de un confesionario, una enigmática mujer de rasgos casdi perfectos explica con serenidad a un joven sacerdote la motivación que ha guiado su vida durante los últimos seis años, pero también un más que inquietante futuro próximo.
« En pocos segundos, se deslizó por la nave lateral, dirigiéndose discretamente hacia la puerta de salida. No se paró a orar, ni a hacer penitencia, ni siquiera se quedó al final de la eucaristía. Simplemente, se fue»
Opinión Personal:
Leyendo la sinopsis de Muerte sin resurrección nos quedamos un tanto descolocados desde el principio pues nos hace creer que la trama se va a desarrollar en Vigo pero a medida que vayamos pasando los capítulos nos vamos dando cuenta de que estábamos equivocados. No es una sinopsis al uso, o sea, una idea de lo que la novela encierra en sí. La sinopsis es el punto de partida de la trama. Podemos decir, una vez que hayamos finalizado su lectura, que estamos ante una novela circular y nos daremos cuenta del porqué de esta impresión.
Narrada en tercera persona, vamos conociendo los hechos que figurarán en torno a los dos personajes principales de la trama, Emma, que busca venganza por algo que le ocurrió hace seis años y nos irá presentando a los culpables, y la inspectora Eva Santiago que, una vez que la Comisaría de Ourense en la que presta sus servicios, es avisada de lo que está ocurriendo, tratará de evitar por todos los medios que no se sigan cometiendo más crímenes e intentará atrapar a la causante de los mismos. La partida está servida y nunca mejor dicho, porque la marca que dejará la asesina será una pelota de golf, una vez que ya haya cumplido su objetivo. Una partida que tendrá lugar en toda la ciudad de Ourense por cuyas calles nos llevarán ambas protagonistas.
Roberto Martínez Guzmán (Ourense, 1969) cumple la premisa que decía la maestra del género policíaco, Ágatha Christie, «La mejor receta para la novela policíaca: el detective nunca debe de saber más que el lector». Y eso lo iremos viendo a lo largo de los veintiocho capítulos que conforman esta novela, agrupados en siete partes, correspondiendo cada una a los siete días que dura la Semana Santa. Nos dará la impresión de que los hechos son predecibles pero eso es porque vamos leyéndolos a la par de la actuación de Emma pero el interés está en ver la reacción de la inspectora ante los crímenes que se van sucediendo. Crímenes que tienen en jaque a toda la Comisaría de Policía de Ourense.
Los rasgos de los personajes están bien definidos. A la asesina ya la conocemos desde el principio. Ella nos irá presentando a sus víctimas. Sabe quiénes son pero ellos y la policía no interpretan qué relación puede haber entre todos y cuál es el motivo que lleva a Emma para ejecutarlos. Tardaremos un tiempo en encontrar las causas que provocan esa actuación. Emma es una persona inteligente pues sabe cómo actuar en cada caso, adoptando una personalidad camaleónica según la víctima a la que se vaya a enfrentar para que ésta no sospeche de ella, llegando a despistar a los mismos policías que la persiguen.
Su antagonista, la inspectora Eva Santiago, la iremos conociendo a medida que avanza la novela. Sobre ella pesa toda la responsabilidad de resolver esta situación anómala que se está produciendo en una ciudad tranquila como era Ourense hasta esa fatídica Semana Santa. Veía cómo la asesina iba cumpliendo su misión y cómo a ella se le acumulaba el trabajo. Quien estuviera cometiendo esos crímenes sabía por qué lo hacía pero la inspectora tenía que averiguarlo, tenía que encajar todas las piezas de ese rompecabezas para poder resolver el caso.
Muerte sin resurrección es una novela escrita con un lenguaje sencillo, cercano, adoptando términos propios del género policíaco, y con un ritmo ágil que nos introduce de pleno en la historia. La pluma del autor logra captar nuestra atención a lo largo de toda la trama. Sabe cómo mantener nuestro interés con una acción constante que invita a seguir leyendo la novela hasta el final, un final que, sin embargo, me deja un sabor agridulce. Roberto Martínez Gómez ha escrito una historia que, sin duda, merece la pena ser leída.
El autor:
Roberto Martínez Guzmán nació en Ourense, en el año 1969, creciendo dentro de una familia humilde y trabajadora. Estudió Secundaria en el IES Blanco Amor de Ourense, llevándolos a cabo con éxito, lo cual le permitió entrar en la Facultad de Derecho de la Universidad de Santiago de Compostela. Al cuarto año decidió abandonar sus estudios coincidiendo con el nacimiento de su, hasta ahora, único hijo.
Es en este momento cuando entra en contacto con el mundo editorial, desarrollando su labor comercial durante un tiemño. En el año 2002 se incorpora al cuerpo de Funcionarios de la Xunta de Galicia, donde permanece en la actualidad.
Ya en 2012, y después de darse a conocer como escritor dentro del género de no ficción, decide publicar su primera novela policíaca, Muerte sin resurrección, permaneciendo en los primeros lugares de las listas de ventas de Amazon España durante varios meses.
Actualmente, trabaja en la que será su segunda novela y cuya publicación está prevista para 2013.
Título: Muerte sin resurrección.
Autor: Roberto Martínez Guzmán.
Amazon EU S.a.r.l.
Prólogo de Natalia Navarro Díaz
Diseño Gráfico: María del Carmen López Pérez
ISBN: 9781480279575
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