El pasado viernes, 26 de octubre de 2012, publicaba la entrada de la novela La ciudad de los ojos grises del escritor Félix G. Modroño. Esta entrada está relacionada con la lectura conjunta organizada en su día por Tatty, la administradora del blog El Universo de los libros que, el pasado 12 de octubre, también organizó en su blog una entrevista interactiva con este autor.
Aquí pueden leerla quienes estén interesados en ella. Hoy vamos a conocer un poco más sobre cómo se gestó esta novela que tantas alegrías le está dando a su autor. Nacido en Barakaldo en 1965, donde vive sus primeros años antes de trasladarse con su familia a Tafalla, Bilbao y Portugalete, localidad en la que transcurre la mayor parte de su infancia y adolescencia.
Tras licenciarse en Derecho por la Universidad de Salamanca se afinca en Andalucía por motivos laborales.
Como fotógrafo, publica en 2002 Villalpando, paisajes y rincones, como homenaje al pueblo zamorano de sus padres y colabora con la revista Paisajes.
Después de obtener algunos premios con sus relatos, en 2007 sale a la luz su primera novela La sangre de los crucificados, protagonizada por el doctor Zúñiga, un peculiar investigador del siglo XVII, que también será el personaje central de su novela, Muerte Dulce, publicada en 2009.
Estas son las preguntas que tan amablemente me contestó:
1.- El carácter cosmopolita de Bilbao que vamos viendo a medida que avanza la novela se mezcla con las más genuinas tradiciones vascas, entre ellas la cocina. Si diéramos un salto en el tiempo y nos encontráramos en esos años ¿el lector notaría mucho el cambio culinario o se sentiría satisfecho con los restaurantes que se mencionan en La ciudad de los ojos grises?
F.G.M.-Aquellos años fueron el germen de lo que conocemos hoy, no solo en la cocina sino en los diversos aspectos sociales y culturales que conforman la actual idiosincrasia bilbaína.
La cocina vasca actual le debe mucho al restaurante El Amparo que, a mi juicio, marcó un antes y un después en la gastronomía bilbaína y, por extensión vasca. Las tres hermanas de Azcaray y Eguileor supieron impregnar las recetas tradicionales vascas con influencias francesas que aprendieron en sus años de estudiantes en un internado galo. Y aunque el restaurante desapareció, sus secretos pervivieron en el libro: El Amparo: sus platos clásicos que cuenta con más de seiscientas recetas.
2.- ¿Cómo surgió la idea de escribir esta novela?
F.G.M.- Se me ocurrió la idea de escribir una novela que homenajeara a Bilbao, al estilo de algunas obras que versan sobre otras ciudades. Y decidí recrear una historia de amor y de intriga en la época, a mi entender, más transcendente de Bilbao.
3.- ¿Por qué el título de La ciudad de los ojos grises? Una metáfora que, junto con la portada, atrae al potencial lector, sin lugar a dudas.
F.G.M.- Buscaba un título que definiera a la novela, a lo que el lector se iba a encontrar dentro de sus páginas. Un título que definiera a Bilbao, pero también que revelara el tono en el que está escrita la historia.
4.- La novela transcurre prácticamente en lo que se conoce como La Belle Époque. Pero ¿no es contradictoria esta denominación por la desigualdad que iba a acrecentar la diferencia entre clases la Revolución Industrial?
F.G.M.- Es verdad que la Revolución Industrial acrecentó las diferencias entre clases, pero en aquellos años hasta el proletariado se benefició de los adelantos tecnológicos. Fue un período de prosperidad social, económica y cultural que desapareció brutal y repentinamente con el estallido de la Primera Guerra Mundial. El término Belle Époque se acuñó años después y tiene ese aire nostálgico de la pérdida de los mejores años que, posiblemente, vivió Europa.
5.- Está claro que parte de la novela es un guiño a Portugalete.
F.G.M.- Confieso que, en un principio, pensé en ambientar esas escenas en otro lugar. Sin embargo, tenían tanta carga emotiva que no me quedó más remedio que hacerlo en Portugalete. Son capítulos escritos con el corazón, como el resto de la novela. Portugalete es mi infancia y está cargada de recuerdos.
6.- Se ve a lo largo de la novela que hay detrás una buena labor de documentación. ¿Le fue difícil informarse sobre esta época?
F.G.M.- Al contrario de mis novelas ambientadas en el siglo XVII donde me cuesta mucho dar con datos o hechos concretos, el problema de esta época era el aluvión de información de la que disponía y seleccionar solamente lo que creía relevante para la historia.
7.- ¿Con qué personaje se identificaría más de los que aparecen en La ciudad de los ojos grises?
F.G.M.-Todos los personajes tienen algo de su creador. Pero, supongo, que Alfredo Gastiasoro comparte muchas de las reflexiones de Félix G. Modroño.
8.- En La ciudad de los ojos grises se dan continuos saltos en el tiempo. ¿Es difícil escribir una novela con estos vaivenes?
F.G.M.-Lo difícil es hacerlo tratando de que el lector no pierda el hilo de la historia. Para ello usé un pequeño truco: la intriga criminal se desarrolla durante las Navidades de 1914 y la intriga amorosa es la que se va narrando a lo largo del tiempo, intercalándola con la criminal. Esos saltos en el tiempo, también me permitieron contar la evolución de Bilbao.
9.- El doctor Fernando de Zúñiga que figura en sus dos anteriores novelas La sangre de los crucificados y Muerde dulce, ambientadas en el siglo XVII ¿no se celará del comisario Fernando Zumalde? Igual se cree que lo jubila y se lía una buena entre ambos, porque bien que se las gastaban en aquella época. Es capaz de pedir ayuda a los Tercios de Flandes.
F.G.M.-El doctor Zúñiga es bastante paciente y está esperando el momento de regresar. Es más, espero que quien me haya descubierto con La ciudad de los ojos grises le entren ganas de saber quién es don Fernando de Zúñiga, un personaje al que le tengo mucho cariño y , si me apuran, es con el que más me identifico. Espero poder escribir más novelas con él como protagonista.
10:- La novela histórica está en auge en nuestro país y el lector que quiere introducirse en este género parece que acepta con más agrado que en él haya más ingredientes, como es el caso de la suya.
F.G.M.-Creo que en la hibridación de géneros está el futuro de la novela. Además, a mí me encanta hacerlo. Pero reconozco que no es fácil conseguir una mezcla homogénea. Yo lo he intentado en mis tres novelas.
11.- ¿Sigue dedicándose también al mundo de la fotografía? ¿Le ayuda esta afición a fijarse más en los detalles a la hora de escribir una novela?
F.G.M.-Hay algunos capítulos que he afrontado con archivos abiertos de fotografías, propias o antiguas. Creo que mis escenas son bastante visuales. Trato de facilitarle al lector los elementos necesarios para que se sumerja en la historia. Para mí, la ambientación es fundamental y espero que constituya un denominador común de mi obra. Como lector, me encanta que una novela sea capaz de trasladarme a otras épocas y a otros lugares. Y como escritor, trato de conseguir ese efecto.
12.- Le felicito por el éxito que está cosechando con La ciudad de los ojos grises y espero que tengamos pronto noticias de una nueva publicación suya. Muchísimas gracias por concederme esta entrevista.
F.G.M.-Ahora mismo tengo dos proyectos en mente y, como no estoy seguro de cuál elegir, me estoy documentando para ambos. Pero espero tener en un año una nueva novela escrita.
Para mí ha sido un placer poder atenderle. Entiendo que la relación entre lectores y escritores es de gratitud recíproca. Sin los lectores, los libros no serían más que papel.
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