Los estadounidenses se sacaron de la manga el ya famoso "Halloween", que se celebra la noche del 31 de octubre, víspera del Día de Todos los Santos, y es conocida en el mundo anglosajón como la noche del terror, de las brujas y los vampiros. Celebración muy arraigada en aquellos territorios en los que en se asentaron los celtas. Esta tradición antiquísima es conocida como el Samhaín.
Polémicas aparte sobre el origen de esta celebración pagana es el Halloween más célebre de todos los tiempos y que causó verdadero pánico entre la población norteamericana la noche del 30 de octubre de 1938, en la memorable adaptación radiofónica de La guerra de los mundos, que demostró el poder que los medios de comunicación podían ejercer en las masas.
Durante casi una hora, a las 21:00 del 30 de octubre de 1938, el joven Orson conmocionó a los Estados Unidos radiando una falsa invasión extraterrestre. Los oyentes que sintonizaron la CBS y no escucharon los avisos en los que se informaba que era una adaptación literaria, creyeron estar ante una amenaza real y en Nueva York y Nueva Yersey se vivieron auténticos momentos de pánico. Era, en realidad, la adaptación radiofónica de la novela de H. G. Wells. El bueno de Welles pidió disculpas por su particular broma de Halloween, dado el caos que había armado y por la consideración de una burla a los oyentes.
George Orson Welles (Kenosha, EE UU, 1915-Los Ángeles, 1985) fue un director, productor, guionista y actor de cine estadounidense. Hijo de un hombre de negocios y de una pianista, Welles fue un niño prodigio que a los dieciséis años comenzó su carrera teatral en el Gate Theatre de Dublín y cinco después (1936) debutó como actor y director en Nueva York. Durante su etapa teatral alcanzó notoriedad gracias a diversos montajes shakespearianos, como el de Macbeth, obra íntegramente representada por actores negros, oJulio César, todos ellos producidos por la Mercury Theatre, compañía fundada por el propio Welles y su socio John Houseman en 1937.
Orson era el hijo menor de la pareja, siendo su hermano mayor Dickie, quien sufriría múltiples problemas mentales que le llevaron a ser recluido en una institución psiquiátrica.
Beatrice y Richard se divorciaron en 1921. Tras consejos del doctor de la familia, Maurice Bernstein, quien descubrió la genialidad del niño a temprana edad, la madre de Welles comenzó a instruir a su hijo en todo tipo de expresiones artísticas, como la música, la literatura la pintura o el dibujo.
Beatrice falleció en 1924 y Orson pasó a custodia de su alcohólico progenitor. Bernstein, admirador de las facultades del joven, fue el verdadero impulsor en la educación de Welles, quien acudió en su infancia a estudiar a la Tool School de Illinois.
En 1930 Orson sufrió la pérdida de su padre, quien falleció a causa de su adicción a la bebida.
El contexto internacional del año 1939 - inestabilidad en Europa, inicio de la Segunda Guerra Mundial - también contribuyeron a potenciar el efecto que la representación radiofónica ya mencionada de Welles tuvo en una audiencia muy sensibilizada por esos acontecimientos.
Quizás las películas por las más se conoce a este genial director, que también actuó como actor en varias de sus películas, son: Ciudadano Kane, considerada como una de las obras más significativas de la historia del cine, esta especie de biografía imaginaria del magnate de la prensa William Randolph Hearst, protagonizada por el propio Welles –coautor también del guión, que escribió en colaboración con Herman J. Mankiewicz–, fue capital a la hora de sentar las bases del moderno lenguaje narrativo cinematográfico.
Sin embargo, el propio Hearst aprovechó los resortes de su poder para criticar duramente la película, lo que hizo que fracasase en taquilla. A pesar de ello, la película recibió nueve nominaciones al premio Oscar, consiguiendo Welles y Herman J. Mankiewicz la estatuilla al mejor guión original. No consiguió, así, el éxito esperado en Estados Unidos, mientras que hasta después de la Segunda Guerra Mundial no se estrenaría en Europa, donde enseguida se convirtió en una cinta de culto minoritaria.
Su segundo filme, El cuarto mandamiento (1942), el único que dirigió en los que no apareció como actor, sufrió considerables recortes de la productora, final feliz incluido, antes de su estreno. El fracaso económico de estas dos películas indujeron a RKO a rescindir el contrato y, en adelante, Wells se vio obligado a trabajar con graves penurias presupuestarias, lo cual no le impidió filmar otro título considerado clave,
La dama de Sanghai (1947). En 1946 realizó su tercera película gracias a la ayuda de Sam Spiegel, un productor independiente con el que grabó “The Stranger” , un film con temática nazi co-protagonizado porv Edward G. Robinson y loretta Young.
La dama de Sanghai (1947). En 1946 realizó su tercera película gracias a la ayuda de Sam Spiegel, un productor independiente con el que grabó “The Stranger” , un film con temática nazi co-protagonizado porv Edward G. Robinson y loretta Young.
La dama de Sanghai, rodada en 1948, una película de cine negro protagonizado por Rita Hayworth, entonces su esposa, con quien contrajo matrimonio en 1943 y tuvo a su hija Rebecca, nadida en 1944. Con anterioridad, en el año 1937, Orson había tenido junto a Virginia Nicholson a su primogénito Christopher Feder. singular y en cierto modo único, de guión complejo pero que la magia de su director sabe moldear y conseguir atraparnos. Vemos a una mítica Rita Hayworth haciendo una interpretación de mujer fatal, ya convertida en sex symbol de los años cuarenta tras su papel en Gilda. Wells nos muestra en este film una crítica del sueño americano, de la figura mítica del triunfador, del poder del dinero y del sistema judicial. Una buena interpretación de Hayworth, aunque no tan a la altura de Gilda.
En 1948 la pareja se separaría. Con posterioridad, Orson Welles se casó con la actriz Paola Mori, con quien coincidió en varias películas, entre ellas “Mr. Arkadin” y “El Proceso”. También mantuvo una sonada relación sentimental con la cantante Eartha Kitt.
Con exigua fortuna en la taquilla y admirado por la crítica, el autor dio inicio a su extraordinaria trilogía sobre las obras de William Shakespeare con “Macbeth” (1948), cuyo fracaso comercial indujo a que Orson abandonase los Estados Unidos y emigrara a Europa, en donde rodó varias películas, trabajando también como actor en innumerables producciones con el afán de conseguir el lucro necesario para sus propios films como director.
En el Viejo Continente regresó a Shakespeare con su versión de Otelo (1952), filme cuyo caótico rodaje se prolongó durante tres años y que, pese a haber sido galardonado con la Palma de Oro del Festival de Cannes, representó un nuevo fracaso comercial.
Gracias a la insistencia del actor Charlton Heston, protagonista y productor de la película, Welles pudo regresar a Hollywood para dirigir Sed de mal (1958), majestuoso thriller en blanco y negro en el que destaca el plano-secuencia que abre el filme, el más largo de la historia del cine. De nuevo en Europa, rodó El proceso (1962), versión de la novela homónima de Franz Kafka, y en 1965 y con producción del español Emiliano Piedra, Campanadas a medianoche, amalgama de diversos textos shakespearianos (principalmente Las alegres comadres de Windsor y Enrique V) articulados alrededor de la figura de John Falstaff, papel que se reservó para él mismo y que constituyó, a todos los niveles, uno de los puntos culminantes de su trayectoria.
Era conocido su amor por España por lo que rodó varias de sus películas en tierras españolas y cultivó la amistad de figuras conocidas del mundo de los toros de la época, como Antonio Ordóñez o Luis Miguel Dominguín.
La fascinación primera de Orson Welles por lo español ocurrió al ver en la portada de Life la foto de la hija de un bailaor andaluz, llamada Margarita Cansino. Un productor, tras teñirle el pelo de rojo y hacerle la cirugía estética, la había rescatado de los papelillos de hispana y sería mundialmente conocida por Rita Hayworth.
Orson estaba ya a punto de divorciarse de Rita. Welles decidió venir a España en los 50 para rodar Mr. Arkadin. En aquella época, parecía que Hollywood hubiese descubierto nuestro país, porque empezaron a rodarse aquí muchas películas americanas. Se hacía por exigencias financieras, porque la autarquía franquista no permitía a las distribuidoras yanquis sacar de España sus ganancias en divisas. La solución era gastarse ese dinero produciendo aquí las películas.
En el año 1953 se instaló en España a lo grande, como le gustaba. En Madrid en el Castellana Hilton, donde participaba en las juergas de madrugada de Ava Gardner, en Barcelona en el Ritz. En la Ciudad Condal se hizo asiduo de un tablao llamado Zambra, porque se enamoró del flamenco. Y de los toros, y de la Feria de Sevilla.
No sólo fue un americano que hizo cine en España, llegó a hacer cine español. Su eterno problema, encontrar productora que financiase unas películas que, aunque estuviesen tocadas por la genialidad, solían ser fracasos comerciales, se lo resolvió Emiliano Piedra. Welles quería llevar a la pantalla elFalstaff de Shakespeare, y Piedra se la jugó.
Así se rodó, con actores ingleses pero enteramente en España y con técnicos españoles, Campanadas a medianoche, una de las más logradas de Welles.
En ella Orson Welles condensa varias obras de William Shakespeare, entre ellas “Ricardo II”, “Enrique IV” y “Las alegres comadres de Windsor”. En la que será una de sus últimas películas, “Campanadas a medianoche”, Orson Welles recopila, de una forma soberbia y en una sola historia de dos horas, una serie de obras y personajes de William Shakespeare, de una manera que tan solo su extraordinaria genialidad lo puede permitir. El vestuario era de segunda mano. Fue el usado en El Cid, superproducción protagonizada por Charlton Heston de las muchas que produjo el cineasta Samuel Bronston en nuestro país. |
Welles murió de un ataque cardíaco en Los Ángeles en 1985. Sus cenizas fueron depositadas en el municipio malagueño de Ronda, en la finca de recreo de San Cayetano, propiedad de su amigo el matador de toros Antonio Ordóñez, según tal y como había expresado.3 Sin embargo hay otras versiones en las cuales se dice que Orson Welles no dejo testamento alguno donde expresara sus deseos luego de su muerte, por lo cual su hija y esposa acordaron que sus cenizas sean esparcidas en España, ya que concordaron que ese fue el lugar donde Welles se sintio más feliz en el transcurso de su vida.
Fuentes: www.canalhistoria.es www.intereconomía.com www.tiempodehoy.com alohacriticon.com, www.biografiasyvidas.com, wikipedia, you tube.
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