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Monday, January 14, 2013

El bloguero invisible



¿Creíais que no me acordaba que tenía que publicar una entrada sobre la recepción del libro que me correspondía una vez que decidí participar en el Bloguero Invisible?. Pos os equivocáis. He de adelantar que el libro llegó en perfecto estado de salud, je, je. 

Yo, cual crío con unos zapatos nuevos, creí que volvía a la época en la que los Reyes Magos entraban por la ventana de la casa (no podía ser por la chimenea porque el piso no tenía tan agradable invento muy adecuado para el gélido invierno) y que, en la mañana del día dedicado a SS. MM. de Oriente (¿o son Tartessos?. Porque ahora ya nos quieren confundir hasta en el origen de los tres buenos hombres), tendría a los pies del árbol navideño, un paquetito que tendría una etiqueta con mi nombre y en el que vendría el libro de marras. ("¿Y por qué leñe tenías que saber tú que era para tí ese paquetito, listillo?" -dice la voz de mi conciencia. "Pues porque, por una vez, sé más que tú, Pepito Grillo- le contesto en plan chulesco-, así que, chitón; ya está bien de semonearme". Y mi conciencia, que cuando quiere es lista y hace lo que considera oportuno, va y se calla ). Pero ¡oh, desilusión!. No estaba. 
-"Bueno -me dije- para una vez que sé lo que pasa, me da igual. Llegar tiene que llegar. Los tres Reyes de Oriente (o de Tartessos) ya se han ido pero vendrá alguno de sus pajes a traérmelo". Y, efectivamente, el lunes día siete de enero, poco antes de la hora de la comida, siento sonar el claxon de un coche. No es ese sonido tan estruendoso como el de el anuncio de la tele en el que el tío chulo se va con su flamante coche a toda pastilla y todo el mundo se queda pasmado mirando para él. Es un sonido familiar. "¡Ya ha llegado!- me digo- Y tú cállate, que ya te veo venir-le advierto a mi conciencia").

Mi amiga la cartera. Sí, sí, es una mujer que reparte el correo, no la cartera que llevamos en el bolsillo con los eurípides. Es ella. Muy amable, como siempre, me entrega el paquete y, como niño educado, le doy las gracias. 

Una vez abierto el paquete la sonrisa es doble. "Vaya. El bloguero invisible ha acertado. Ni que supiera mis preferencias". Uno de mis escritores favoritos de, John Le Carré, todo un especialista en novelas de suspense y espionaje ambientados en la llamada Guerra Fría. De él tengo en mi biblioteca y leí en su día El espía que surgió del frío, Un espía perfecto y alguno más que ahora mismo no me acuerdo. Porque, a parte de la novela histórica, mi otro género preferido es la novela negra, de suspense o un buen thriller. El remitente de este libro es Pedro José Campo Garraza, el administrador del blog Comentarios, libros.., blog que no conocía pero que habrá que pasarse por él pues parece interesante. Pero también había una pequeña sorpesita y es esta cajita de pastillas contra el dolor ajeno, de la ONG Médicos Sin Fronteras. Gracias por el detalle, Pedro.

Os preguntaréis si la compartí. Pues no, pero no por egoísmo si no porque en mi casa estas pastillas, de un sabor un tanto fuertecillo, no gustan. Así que me vienen bien porque tengo la garganta un poco "averiada". 

En resumen, una experiencia grata que ayuda a conocer a otros blogs y, aunque me tenga que desplazar al pueblo para remitir el paquete, no me importa. Lo hago con gusto. Y espero repetir  en la próxima edición . Mis agradecimientos a
Kayena, la artífice de que todos nos veamos involucrados en este evento que ayuda a que nos relacionemos más entre los blogs y que hace que conozcamos a otros administradores/as que sabemos abundan por la blogosfera. Una muy buena y feliz idea, como otras tantas que uno va descubriendo. Gracias a todos por hacer posible todo esto y que nos sigamos leyendo durante muchísimos años.   

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